Un lustro paso y eso fue lo único que se compartieron, sin sí quiera saludar, porque el sabía quien era, y porque no tenia ganas de hacerlo, sólo un adiós, un beso y una percepción de un halo de luz donde poder espiar como suena la campana en el este.
lunes, 22 de julio de 2013
En pastillado
Tengo muchas cosas escritas ¿sabes? Dijo con una pálida voz ennacarada. Yo tengo mucho que decir también. Respondió, a una velocidad sonica, con una empalagosa voz herida.
Un lustro paso y eso fue lo único que se compartieron, sin sí quiera saludar, porque el sabía quien era, y porque no tenia ganas de hacerlo, sólo un adiós, un beso y una percepción de un halo de luz donde poder espiar como suena la campana en el este.
Un lustro paso y eso fue lo único que se compartieron, sin sí quiera saludar, porque el sabía quien era, y porque no tenia ganas de hacerlo, sólo un adiós, un beso y una percepción de un halo de luz donde poder espiar como suena la campana en el este.
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